El informe Smart Cities pone de manifiesto que la ciudad condal es una de las ciudades del mundo que mejor se adapta al papel de Ciudad Inteligente o Smart City. Junto a Singapur y Londres, la capital catalana lidera el ranking de las ciudades que mejor aprovechan la tecnología para mejorar la vida de sus habitantes y enfocarse hacia unas infraestructuras sostenibles.
Un total de 150 variables se analizan en el informe “Smart cities: understanding the challenges and opportunities” que afectan a la planificación de las principales ciudades del globo.
Con respecto a Barcelona, destaca por la creación de 47.000 puestos de trabajo gracias al “internet de las cosas” (IoT), también destaca por generar unos ingresos de 36,5 millones de € en un año gracias a los aparcamientos inteligentes, y por ahorrar más de 42 millones de euros en agua.
El Ayuntamiento de Barcelona se ha adaptado a la tendencia global de digitalización y uso de las nuevas tecnologías, desarrollando varias apps que los ciudadanos pueden usar para conocer información que les afecte, desde cultura hasta movilidad urbana.
Barcelona, una apuesta clara
Es cada vez más común escuchar información acerca del internet de las cosas, una tecnología que se prevé tendrá un papel protagonista en el futuro de la sociedad. En la ciudad condal esto no se ha pasado por alto, y su apuesta por esta tecnología no es algo nuevo. Desde 2012 se realizan esfuerzos en la ciudad condal para integrar esta tecnología en la sociedad.
En referente al Internet of Things, se han colocado sensores para controlar el aparcamiento, el alumbrado público e incluso los servicios de recogida de residuos. Casi 20.000 sensores se distribuyen por la ciudad para integrar la digitalización en el día a día de los ciudadanos y ayudarles en la toma de determinadas situaciones que les afectan.
Estos sensores inteligentes han supuesto sobre todo un avance en temas como el aparcamiento (información sobre plazas de parking libres) o el transporte (cuándo y dónde llegará el próximo autobús).
El agua y la luz también mejoran
Otra de las áreas afectadas por el IoT es el alumbrado. Gracias a estos sensores, es posible detectar si hay algún peatón cerca con el objetivo de ajustar la intensidad de la iluminación, lo que, sumado al uso de la tecnología LED, ayuda a reducir el consumo.
Gracias a esto se ha incurrido en un ahorro del 30% en electricidad, lo que supone alrededor de 30 millones de euros anuales. Los sensores aportan también información sobre la calidad del aire, de modo que se pueda gestionar de la manera más adecuada este tema.
Algunos expertos afirman que gracias al uso de eta tecnología, una ciudad como Barcelona puede lograr un ahorro de en torno a 80 millones de euros anuales, solamente en lo referente a luz, agua y el uso inteligente de plazas de parking.
El objetivo de Barcelona es que estos sensores forme una red de fuente abierta y estandarizada, que esté gestionada informáticamente por la propia ciudad.
La ciudad condal quiere que los datos de sus habitantes estén protegidos conservando así la propiedad de los mismos, y garantizando que los usuarios puedan acceder a aquellos que sean de dominio público.
Diferentes estrategias de Smart Cities
Barcelona, Londres y Singapur fueron escogidas como las tres principales ‘Smart Cities’ del mundo por aspectos muy diferentes de sus respectivas estrategias. La ciudad asiática destaca por la visión de futuro de su infraestructura, incluidos los edificios, el transporte y el uso del espacio del subsuelo.
Londres destacó por centrarse en las comunidades a la hora de implementar la tecnología. De Barcelona, se puso de manifiesto “su excepcional cambio en las directrices de gobierno”.
El estudio fue realizado por Smart Cities World y Signify.