En lo que respecta al mercado inmobiliario, existe una gran diferencia entre la crisis de 2008 y la que estamos viviendo actualmente: La situación financiera de la mayoría de las firmas del sector está saneada y el nivel de endeudamiento, tanto de las compañías como de la población, es mucho más bajo que hace doce años.
Con el estallido de la anterior crisis, el sector se encontraba inmerso en una burbuja de precios, muy lejos de la situación previa a la pandemia, cuando encontrábamos el metro cuadrado por debajo de máximos a excepción de barrios de algunas grandes urbes.
Todos estos factores, sumados a otros como la entrada de nuevos vehículos (socimis), players (fondos institucionales) y la evolución estructural del sector, hacen que el Real Estate afronte esta crisis con una mayor solidez y profesionalización que en 2008.
Todo ello no quiere decir que el sector no vaya a sufrir la irrupción de la pandemia. La actividad del mercado de la vivienda se basa en factores como el empleo, el poder adquisitivo y el nivel de confianza, todos ellos con gran impacto en una situación tan insólita como la actual.
Se espera que los precios también se van reducidos, con ajustes de entre el 8% y el 15%, especialmente en segunda mano y segundas residencias. Por el contrario, la obra nueva parece ser el salvavidas del sector, según la mayoría de expertos, principalmente debido al alto volumen de preventas para las entregas previstas en 2020. El residencial será otro de los nichos más sólidos. Se espera que la demanda continuará creciendo con fuerza, lo que blindará los precios.
España, un mercado atractivo
Con respecto a la inversión, España continúa siendo de gran interés para los inversores, siendo logística y oficinas los principales estandartes en este sentido. Las oficinas, eso sí, deberán adaptarse a una nueva normalidad en la que el teletrabajo ganará peso en nuestro país, pasando de un 4% a entre el 10% y el 15%.
Por otro lado, el sector destaca el papel clave de la administración. Es necesaria una actuación decidida de apoyo al sector para que éste pueda convertirse en uno de los grandes generadores de empleo tras la crisis y ser capaz de posicionarse como una locomotora de la economía. Esta vez, el sector inmobiliario en lugar de ser parte del problema puede ser parte de la solución.
Estas ideas se han recogido tras analizar la opinión de 42 líderes del sector inmobiliario, recogidas por El Economista. Puedes acceder a todas ellas haciendo click aquí.