Los países llevan meses generando iniciativas para impulsar el crédito durante la crisis del coronavirus. El Banco Central Europeo (BCE) ha llevado a cabo una serie de estimaciones y ha publicado las conclusiones de los tests de estrés de estos diferentes programas de avales llevados a cabo por los Estados. El BCE plantea un impacto negativo de entre 21.000 millones (escenario central), que en la hipótesis más negativa se alcanzaría los 42.000 millones.
Los seis principales bancos españoles (Santander, Bankia, Sabadell, BBVA, Bankinter y Caixabank) se han preparado para esta situación mediante dotaciones que suman más de 11.000 millones de euros, de acuerdo a la presentación de resultados. De este modo buscan hacer frente a un repunte de la morosidad que puede producirse en la última parte de este año y el próximo. En junio, sin embargo, el Banco de España afirmaba que la morosidad bancaria bajó al 4,74% en abril y el crédito se recuperaba.
El BCE calcula que alrededor de 72.000 millones en préstamos garantizados entrarán en mora bajo su escenario más severo.
Diferentes estrategias
En sus presentaciones de resultados de los últimos días, los bancos han dejado entrever su estrategia de cara a esta situación. “Los vencimientos de las moratorias que se están produciendo registran poca morosidad, hasta ahora”, comentó el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvárez durante la presentación de los resultados de ese banco. “Esperamos que eso se note particularmente en el crédito a empresas y también en el consumo, que será el primero en dar señales de debilidad”, reconoció el viernes el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar.
Por su parte, el Sabadell declaró que estará muy pendiente de cómo evolucionan sectores determinados como el turismo, y no solo el hotelero, sino la industria auxiliar, como pequeñas empresas y autónomos en el ámbito de la restauración; el pequeño comercio, transporte aéreo y metalurgia.
Por el momento, los bancos provisionan de acuerdo a la normativa establecida por el BCE a raíz de la crisis inmobiliaria de 2007. Este modelo de provisionamiento determina porcentajes en función a la cartera de crédito. Pese a ello, esta crisis no tiene nada que ver con una crisis del ladrillo, pero tampoco se encuentran precedentes que ajusten un modelo a la situación actual.
Caixabank señaló que hoy cuenta con una morosidad del 3,5%, pero espera que a mediados del próximo año o finales habrá un repunte de hasta el 5%. Un cálculo con el que también cuenta el Sabadell.
El sector financiero está trabajando con el ICO para establecer mecanismos que ayuden a mitigar los efectos que puede producir la crisis económica en la morosidad y en la capacidad de las empresas para hacer frente a sus deudas.