La nueva entidad que resulte de la fusión entre Caixabank y Bankia, deberá continuar con la tarea de sanear su balance de activos distressed para cumplir la normativa de los organismos supervisores. La unión de los dos bancos, generará una compañía con más de 18.500 millones de euros en activos distressed (suponiendo más del 5% de su balance).
Para realizar los ajustes convenientes y situar el ratio bajo el 4% recomendado por el BCE, el Banco de España y el mercado, la nueva entidad deberá deshacerse de al menos 3.800 millones, el 20%.
Debido a su mayor tamaño, Caixabank es quien más activos de esta tipología aporta a la fusión. La entidad catalana contaba a cierre del primer semestre con préstamos dudosos por valor de 9.220 millones de euros y activos adjudicados por 973 millones, sumando un total de 10.193 millones.
La crisis del coronavirus ha hecho mella en Caixabank, ya que ha aumentado su stock de activos distressed de un 1,5% en diciembre a un 5%.
Bankia cerró el primer semestre con 8.315 millones de activos de esta tiplogía, entre los que se encontraban 6.464 millones de NPL y 1.851 de REO. La entidad ha logrado reducir en un 0,1% y un 1,8% respectivamente, logrando tener un balance más saneado.
Se complica la morosidad
Los expertos del BCE avisaron el pasado mes de junio que la resolución de la mora bancaria será lenta. La irrupción del coronavirus ha afectado a los problemas ya existentes de rentabilidad que el sector bancario arrastra en los últimos años.
Los expertos analizan esta crisis en comparación con la de 2008 e identifican que ahora la mayoría de los países han aumentado la deuda pública, tienen bancos menos rentables, y en muchos casos un sector empresarial más debilitado. Todos estos factores son causantes de mayor complicación en la resolución de los casos de morosidad.
Desde el BCE sostienen que la velocidad de la recuperación económica de la pandemia influirá en el estado del balance de las entidades, ya que de ser lenta y prolongada, aumentarán las pérdidas de crédito por las dificultades de las compañías.
Desde el Banco Central Europeo afirman que se debe examinar la calidad de los activos para identificar de manera rápida los impagos y la posibilidad de reestructuración. También sostienen la importancia de los bancos malos, que puedan absorber las pérdidas de entidades bancarias.